Hervidero bullente
de doscientas una soledades silenciosas,
prisioneras de esclavitudes,
navegantes sin puerto,
sonámbulos diurnos de la capital
reunidos todos como imantados
por la miseria de sus andares.
En un anfiteatro con disímiles olores
desenvuelven sus madejas de historias
fundidas en unos metros cuadrados
en este añoso espacio por los que han transitado
tantos eslabones perdidos
de la cadena de la desesperanza
de los olvidados de mi tierra.
Se busca y ofrece
sexo rápido como un pan
que apacigüe el hambre,
otros venden, no su cuerpo
sino a cadejos su pesada vida diaria.
Otros respiran la paz de unas horas
otros intentan sólo comunicarse
los hay también pseudos artistas
coloreando con tonos e imágenes unas telas
que no alcanza para teñir corazones.
Ya la tarde cae, se enfría y ensombrece
aún más el escenario pedestre.
Y como soldaditos de una comparsa
Al son de una funesta marcha
cada cual regresa a su lugar,
unos con más dolor, o más tristeza,
o más centavos
Y hasta alguien se lleva una nueva ilusión.
Y vendrá otro domingo.
y se repetirán los habitúes,
llegarán otros actores a sumarse
a esta tragedia si fin:
“la síntesis urbana de los marginales”.
de doscientas una soledades silenciosas,
prisioneras de esclavitudes,
navegantes sin puerto,
sonámbulos diurnos de la capital
reunidos todos como imantados
por la miseria de sus andares.
En un anfiteatro con disímiles olores
desenvuelven sus madejas de historias
fundidas en unos metros cuadrados
en este añoso espacio por los que han transitado
tantos eslabones perdidos
de la cadena de la desesperanza
de los olvidados de mi tierra.
Se busca y ofrece
sexo rápido como un pan
que apacigüe el hambre,
otros venden, no su cuerpo
sino a cadejos su pesada vida diaria.
Otros respiran la paz de unas horas
otros intentan sólo comunicarse
los hay también pseudos artistas
coloreando con tonos e imágenes unas telas
que no alcanza para teñir corazones.
Ya la tarde cae, se enfría y ensombrece
aún más el escenario pedestre.
Y como soldaditos de una comparsa
Al son de una funesta marcha
cada cual regresa a su lugar,
unos con más dolor, o más tristeza,
o más centavos
Y hasta alguien se lleva una nueva ilusión.
Y vendrá otro domingo.
y se repetirán los habitúes,
llegarán otros actores a sumarse
a esta tragedia si fin:
“la síntesis urbana de los marginales”.